Vuelvo a la tierra de los blogueros. Empecé hace poco menos de dos años y lo dejé en dos días. Vuelvo, espero, para quedarme, y para echar una mano (algunas veces serán, metafóricamente hablando, al cuello), si es que puedo, a las bodegas, agricultores, enólogos, amantes del vino español, distribuidores, vendedores, compradores... Menos a los dueños de los restaurantes que usan y abusan del vino para cuadrar cuentas, y que son casi todos, o todos.
Vuelvo para quedarme, digo. Desde un periódico escribo de vinos desde hace cerca ya de cinco años. Críticas de vino cada semana o cada dos semanas, crónicas de viajes a bodegas, reportajes, informaciones, catas horizontalñes, verticales... Y autor de la última guía anual de vinos de ABC (2008)
Me honra creer que tengo por amigos a algunos enólogos, a familias que viven de este alimento, a ciertos otros... Me satisface.
Y desde este blog pretendo defender lo defendible: el vino español.
Será siempre, pero más necesario hoy: la crisis económica puede hacer mucho daño. Rumores de ventas de alguna maravillosa bodega madrileña ya me asaltan. Como de una bodega menor de Navarra con aires de grandeza. Aunque dicen que desde Galicia se mueven en busca de gangas, aunque nunca haya gangas en esto del vino.
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